UN ABRIL DE DESPEDIDAS

En un "pis-pás" todo puede cambiar. Y eso es lo que nos tenía preparado el mes de abril para nosotros. 

Un mes muy triste por una parte, feliz por otra, y muy muy muy triste por otra. 

En marzo todo iba bien, La familia estaba bien, los abuelos con buena salud, había trabajo... pero de repente todo cambió. 

Como bien sabéis los que nos conocéis o los que leísteis el apartado de "Conócenos" de esta web, Giulietta era nuestra niña bonita. Un proyecto que comenzamos en 2011 y que nos trajo miles de alegrías, amigos, borracheras y risas. Y para qué engañarnos, también alguna que otra lágrima. 

Fué la droga que nos enganchó a esto de la coctelería, a querer dedicar nuestra vida a la hostelería, a disfrutar de eso de "trabajar para que los demás lo pasen bien" como le digo a mi madre.

 

A partir de carnavales comenzamos a darnos cuenta de que el ocio nocturno había dejado de ser nuestra guerra, que la manera en que nosotros queríamos trabajar no servía para esto. Giulietta siempre fue atendido con mucho cariño, hasta el último momento. Pero cuando algo no funciona como tú quieres que funcione, es mejor asumirlo y tomar una decisión. 

Cousa Rica crecía en ese momento a un ritmo abismal, y nos pedía a gritos más tiempo del que podíamos darle, por lo cual teníamos que hacerlo. Terminar una etapa para comenzar otra. En este punto, fue cuando abril comenzó a ser el mes de las despedidas.

Con mucha pena, pero felices por todo lo que allí conseguimos, y orgullosos de lo que llegamos a hacer de Giulietta, decidimos decirle adiós el 22 de abril. Marcamos la fecha, avisamos a nuestros clientes, qué digo clientes? AMIGOS, y esperamos con tristeza pero ilusión a que llegase el día. 

 

Pero el destino no iba a dejar que abril fuese así de fácil. Cerrar una etapa y comenzar otra?? Noooo, Demasiado fácil!

 

Todo lo demás iba bien, pero el día 13 de abril recibimos una llamada avisando de que la abuela iba para el hospital. No parecía nada grave, más que un achique a los que nos tenía acostumbrados. El domingo, el último día que la vimos despierta, todo parecía que iba rodado. Ya empezaba a sacar ese genio que tanto la caracterizaba, empezaba a tener ganas de discutir con el abuelo, Pensábamos que todo iba a mejor! 

Pero no, no fue a mejor. Y el martes, cuando llegamos al hospital otra vez, ya no la pudimos volver a ver despierta. Estaba en un sueño del que nunca despertaría. 

 

Muchos de vosotros seguro que vivísteis ese momento, ese instante en el que los médicos te comunican que ya nunca más va a despertar y que es el momento de despedirse. No podíamos creelo, una mujer tan trabajadora, luchadora y fuerte como ella... 

Pero así es la vida, como dijimos en otra entrada del blog, está llena de "esperanzas y ostias", y esta fue una de las ostias (con perdón de la palabra) más grandes que nos dio a vida. 

 

La despedimos como se merecía, todos juntos, unidos, porque a pesar de que somos una familia de armas tomar y siempre estamos discutiendo, nos queremos hasta el infinito, Y allí donde esté ella ahora, seguro que está controlándonos y levantándonos la escoba de vez en cuando para que no nos pasemos de la ralla! 

 

Así fue el mes de abril, un mes de despedidas...

 

 

 

 

 

 

EL VALOR DE LOS RECUERDOS

 

Una de las fotos más bonitas que nos queda de ella, el día de nuestra boda, con su pelito blanco, sus gafiñas y toda requeteguapa. 

 

GRACIAS GRACIELA VILAGUDÍN POR ESTE MARAVILLOSO REGALO !

 

 

 

ALLÍ DONDE ESTÉS, TE MANDAMOS UN BESO ABUELA. TE QUEREMOS

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